Los supermercados cuentan con tres características que los hacen especialmente vulnerables. La primera de ellas reside en el enorme tráfico de personas que tienen. Es un flujo permanente que aumenta las opciones de contagio vírico enormemente respecto a otro tipo de establecimientos. Por eso es tan importante que el desinfectante para supermercados que emplemos cuente con una durabilidad de acción considerable.
La segunda de esas características es la dinámica del consumo. Los clientes acostumbramos a tomar y soltar los productos de las estanterías de manera habitual. Eso implica que personas diferentes pueden entrar en contacto con un mismo objeto, incrementando los riesgos de infección. En ese sentido, hasta que todos nos acostumbremos a cambiar los patrones de conducta, desinfectar el supermercado es aún más esencial.
La tercera y última de las razones es que hablamos, en buena parte de las ocasiones, de alimentación. Estos productos generan una mayor vulnerabilidad dado que podemos consumirlos directamente haciendo que el virus penetre rápidamente en nuestro organismo. Por todo ello debemos desinfectar el supermercado bajo una estricta política de higiene que incluya irremediablemente productos eficaces de primera categoría.